8.9.10

Los verdaderos brotes verdes

A nadie le cabe duda que los ecologistas han ganado la batalla de las ideas. Sin embargo, hasta la fecha, no han sabido materializar ese éxito en una fuerza política sólida a nivel nacional. Parece que hay indicios de que esta situación puede cambiar. Algo se mueve en el ecologismo político de nuestro país. A raíz de la iniciativa del ex director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, catapultado a la fama gracias a la detención por su acción en Copenhague se está barruntando un partido verde que aglutine al ecologismo español. El reto de López de Uralde no es pequeño, se trata de unir y coordinar a un atomizado y numeroso reino de taifas. De momento ya tiene forma, una fundación, y un nombre: Equo. Entre los fines de Equo destacan "promover la sostenibilidad económica, social y ambiental, reduciendo la huella ecológica para conciliar el desarrollo humano con los límites físicos del planeta y poniendo el bienestar humano y la justicia social como objetivos de la economía". 
 
Otros puntos son "defender los derechos de los animales", "contribuir a un cambio de modelo económico superador del capitalismo y el productivismo" y a "la mitigación del cambio climático mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a los niveles y en los plazos recomendados por la comunidad científica". También apuestan por "un modelo energético basado en la gestión y reducción de la demanda, el ahorro y la eficiencia, las energías renovables y la generación de electricidad distribuida y las redes inteligentes".

Es el primer paso para ir buscando apoyos hasta convertirse en el futuro en un partido político. Si el proyecto cuaja estaremos de enhorabuena. Ya era hora que en el abanico parlamentario se metiera, por fin, una cuña verde. En un escenario de cambio de modelo energético en el que nos movemos la voz de los ecologistas debe ser escuchada. Y también es necesario que puedan frenar la escalada transgénica de nuestro país; en España se cultivan el 68% de los organismo modificados genéticamente de la UE.
 
El Zapaterismo de la primera legislatura dio muestras de verdadera sensibilidad medioambiental. Y sedujo a gran parte del ecologismo. De hecho, Rodríguez Zapatero, aupó a la cartera ministerial a Cristina Narbona, una mujer conocedora de la problemática medioambiental y muy sensible y activa a la hora de tomar medidas. Probablemente la mejor ministra de medioambiente de la democracia. Algo no muy difícil teniendo en cuenta que han ostentado el cargo personas de la talla de Jaume Matas, quien de medioambiente sabe mucho, sobretodo a la hora de destruirlo y, supuestamente, enriquecerse al mismo tiempo. Pero volviendo a Narbona: hizo grandes esfuerzos para proteger el litoral y empujar hacia un necesario cambio en el modelo energético. Se entendía muy bien con los grupos ambientalistas. Pero se pasó de buena y en la segunda legislatura zapateril fue enviada al exilio parisino en forma de embajadora de España ante la OCDE.  No cabe duda de que perdió el pulso frente a la biotecnología de Garmendia.
 
El primer giro brusco de zapatero no fue el social, mucho antes ya dejó en la estacada a las personas comprometidas con el respeto al medioambiente que habían confiado en sus promesas electorales. El político José María Mendiluce fue el encargado de tender los puentes. Se partió por la mitad y la desilusión acumulada no ha sido poca. En este sentido, a la derecha mejor ni mirar, ya que lo único que nos encontraremos es al primo de Rajoy. Uno de los capítulos políticos más vergonzosos de los últimos años.
 
Es el momento de que España tenga una formación parlamentaria como la mayoría de países europeos, donde llega a alcanzar un 10% de los votos. Parece que López de Uralde es respetado por todos y puede ser la clave de una cúpula muy delicada y heterogénea. Ahora toca llegar a alianzas que den paso a una confederación. En Balears, Els Verds aplauden la iniciativa de Uralde que les pilla en plena convergencia con Iniciativa d’Esquerres, la formación surgida de la escisión de Esquerra Unida liderada por David Abril y Fina Santiago. Miquel Àngel Llauger, diputado por Els Verds en el Parlament Balear quiere contribuir a consolidar el proyecto. Iniciativa per Catalunya Verds, el único partido verde con un diputado en el Congreso, Joan Herrera, también ha mostrado su interés en sumarse.
 
Tendremos que estar atentos una vez más a Catalunya ya que allí se quiere experimentar una candidatura conjunta de todos los partidos verdes de cara a las próximas elecciones. Si funciona será el modelo a seguir de cara a las Generales de 2012. Los partidos convencionales: PSOE, PP, IU  ya pueden empezar a prepararse porque es muy posible que si este proyecto cuaja pueda canalizar el desencanto creciente entre el electorado. 
Frente a los que afirman que un partido de este tipo no es necesario ya que los partidos actuales ya llevan propuestas medioambientales en sus programas, Florent Marcellesi coportavoz de la Coordinadora Verde contesta que “habrá diferencias sustanciales en materias como las centrales nucleares, los transgénicos, la crisis económica, el cambio climático, las relaciones Norte/Sur, los derechos digitales y libertades en la red, las desigualdades sociales, la transformación de los modelos productivos y de consumo, el bienestar animal o la construcción de infraestructuras faraónicas, entre otras muchas”.
 
Los impulsores de este proceso miran hacia la confederación francesa Europe Écologie, dirigida por el líder ecologista europeo Daniel Cohn-Bendit. (Sino sabes quién es no te pierdas este video)
 
Parece que Salgado tenía razón y salen brotes verdes, aunque no son los que ella se esperaba.
 
Alberto Fraile - 08/09/2010